jueves, 10 de febrero de 2011

LAS DIVISIONES CAPITULO TRES

1 CORINTIOS 3:5 - 15


Introducción

Habiendo presentado un análisis de la condición humana, en 1 Cor 2:14 – 3:4, Pablo ahora pasa a una sexta sección en este discurso acerca de las divisiones en la Iglesia.  Vuelve a tratar el tema del ministerio cristiano, pero esta vez enfocando sobre ciertas distinciones humanas que se hacían en el ministerio, y la forma correcta de evaluar la obra de los siervos de Dios.


VI. EL MINISTERIO CRISTIANO

Habiendo establecido que detrás de las divisiones en la iglesia, estaba la ‘carnalidad’ de los hermanos (v.4), Pablo ahora procede a explicar en qué consiste el ministerio cristiano, y cómo deben evaluar a las personas que trabajan en ello.  Usa el ejemplo de Apolos y de sí mismo, para ayudarles a reflexionar.


1. La Naturaleza del Ministerio Cristiano (v.5, 8-9)
a. Los Ministros son “servidores” (v.5)
b. Los Ministros son “colaboradores” (v.9a)
c. Los Ministros están bajo las Órdenes del Señor (v.5b)
CONCLUIÓN: No hay lugar para jactancia, ni en los mismos ministros, ni en sus seguidores


2. El Éxito en el Ministerio Cristiano (v.6-7)
Si los ministros no son importantes, entonces ¿de donde viene el éxito en la obra?  Pablo es muy claro – viene única y exclusivamente de Dios.  Por eso Pablo enfatiza en los dos versos: “el crecimiento lo ha dado DiosDios, que da el crecimiento”.

La palabra en griego se usa del crecimiento de plantas (Mat 6:28); algo que evidentemente Dios da, no los hombres.  También del crecimiento de los seres humanos (Lucas 1:80), que de igual modo está bajo el control de Dios.  Pero Pablo usa la palabra aquí del crecimiento del evangelio, en el corazón de las personas (comparar Hch 6:7; 12:24; 19:20).  ¡Eso también es obra de Dios, no de los hombres!


Al seguir unos a Pablo, y otros a Apolos, lo que los creyentes estaban haciendo era dar a entender que uno era mejor en la obra que el otro; es decir, que tenía mejores resultados.  “Eso”, dice Pablo, “es un error fundamental”.   No es el hombre que da el crecimiento, sino Dios.


Este es un mensaje que la Iglesia contemporánea urgentemente necesita recuperar, para no hacer ‘ídolos’ de ciertos predicadores


3. La Responsabilidad en el Ministerio Cristiano (v.10-15)

Pablo usa tres metáforas para hablar del ministerio cristiano:

a.   La iglesia es una casa, donde la tarea de los ministros es servir las mesas (v.5).
b.  La iglesia es una chacra, donde la tarea de los ministros es plantar y regar (v.6-9a).

Podemos notar que en ambos casos, tanto la ‘comida’ que se sirve, como la ‘semilla’ que se planta, son dadas por Dios; no vienen de los ministros.

     c.    La iglesia es un templo, donde la tarea de los ministros es construir el edificio (v.9b-15).

En este caso, solo Dios puede dar el fundamento (v.11); el fundamento es el mensaje de ‘Cristo crucificado’.  La primera tarea de los ministros es colocar este fundamento.
Ésta, sí, es la responsabilidad de los ministros, y ellos deben tener cuidado como hacen esta labor (v.10b).  En esta tarea, los ministros tienen que hacer una elección bastante sencilla - ¿qué material van a usar?

Hay dos posibilidades: material ‘noble’ o material ‘rústico’ (v.12).  Uno cuesta más que el otro, y por ende, la obra avanza con lentitud.  ¿Cómo escoger?

La advertencia que Pablo da es la siguiente – un día, la calidad de la obra se va a probar (v.13).  Si se ha usado material ‘rústico’ – por flojera espiritual en el ministro (falta de oración, falta de santidad, etc.), o por querer hacer que la iglesia crezca rápidamente (exigiendo poco de los nuevos creyentes, enseñando poco la Biblia, proveyendo bastante entretenimiento, etc), entonces en el día del juicio va a haber una gran sorpresa – v.15.

Por ende, la recomendación de Pablo es clara (aunque implícita): “Trabaja con material ‘noble’.  No te preocupes tanto por la cantidad de obra que se hace, sino por la calidad de ella”. 

Con el fin de animar a los creyentes a zanjar sus diferencias, y a volver a la unidad espiritual en la Iglesia, Pablo presenta una serie de afirmaciones, advertencias y exhortaciones.


1. Afirmaciones (v.16)


a. Los Creyentes son “el templo de Dios” (v.16a)
Cuando una persona se convierte al Señor, Dios viene a morar en su corazón, haciendo de él o de ella, un ‘templo’.  Esto es lo que Pablo afirma en 1 Cor 6:19.  ¡Cada creyente es un ‘templo’!  Sin embargo, aquí enseña que el conjunto de creyentes en una localidad – la iglesia local (es decir, la congregación) es “el templo de Dios”.

En el idioma griego existen dos palabras que significan ‘templo’ – ‘hieron’ y naos’.  La primera palabra (‘hieron’) significa ‘templo’, en el sentido amplio de la palabra; es decir, ‘todo el conjunto de edificios y patios que conforman el templo’ (Mat 4:5; 21:12; Hch 3:1).  La segunda palabra (‘naos’) significa ‘templo’, pero en el sentido más limitado, del ‘santuario’; es decir, el lugar donde radica Dios – el Lugar Santísimo (Mat 23:35; Hch 7:48; Apo 11:1-2).  ¡Esta es la palabra que Pablo usa aquí!
b. El Espíritu Santo Mora en Ellos (v.16b)
Es cierto que cada creyente, individualmente, es ‘templo’ del Espíritu Santo (1 Cor 6:19).  Pero en este verso Pablo enfatiza que cada congregación de verdaderos creyentes tiene la morada[1] del Espíritu Santo.  Por ser la morada del Espíritu Santo, los creyentes deben tratar a la congregación con sumo cuidado, y no estar generando divisiones y tensiones en ella.

 [1] El verbo, “mora”, es ‘oikeo’, que significa ‘residir como un una casa’.  Implica una residencia permanente.  Un ‘templo’, no un ‘tabernáculo’
Estas dos tremendas afirmaciones preparan el camino para las advertencias que Pablo procede a dar a los miembros de la iglesia en Corinto:


2. Advertencias (v.17-20)

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a. “El ‘Templo’ no Debe ser Dañado” (v.17a)
Conclusión

Los hermanos en Corinto, por su ‘carnalidad’, estaban evaluando mal a los siervos de Dios, y por ende se estaban peleando entre ellos, y parcializándose tras uno u otro ministro espiritual.  Pablo enseña que todos los ministros están al mismo nivel ante los ojos de Dios, y que lo importante no es tanto la cantidad de obra que se hace, sino la calidad de ello.

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