jueves, 10 de febrero de 2011

PROBLEMAS MORALES CAPITULO CINCO

1 CORINTIOS 5:1-13



Introducción

Habiendo terminado el asunto de las divisiones, Pablo pasa a tratar otros tres problemas que se estaban dando en la iglesia, y que los hermanos estaban pasando por alto:

i.                 Un caso grave de inmoralidad sexual (1 Cor 5).
ii.             El problema de litigios entre los hermanos (1 Cor 6:1-11).
iii.         El problema de la fornicación (1 Cor 6:12-20).

En este estudio, trataremos el asunto de la inmoralidad sexual que los hermanos estaban tolerando en la iglesia.


EL PROBLEMA PASTORAL (v.1-2)

Pablo estaba preocupado porque había escuchado rumores de pecado en el seno de la iglesia (“...se oye que hay entre vosotros...”).    El pecado era “fornicación”.  La palabra en griego es ‘porneia, que significa “una relación sexual ilícita”.   La ciudad de Corinto era un puerto, y en esa ciudad abundaba la inmoralidad sexual.  Sin embargo, el pecado sexual que se hallaba en la iglesia era algo serio, porque Pablo lo describe como “tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles” (v.1).  Era el pecado de incesto; es decir, “alguno tiene la mujer de su padre” (v.1).

El verbo ‘tener’ está en tiempo presente, que implica una posesión continua; en otras palabras, la pareja estaba conviviendo sexualmente – no era solo un pecado que se cometía de vez en cuando.  Según Hodge, la expresión, ‘la mujer de su padre’, “es una paráfrasis bíblica de madrastra (ver Levítico 18:8).  Él también observa que en el Nuevo Testamento la frase, ‘tener una mujer’ significa ‘casarse con’ (ver Mat 14:4; 22:28; 1 Cor 7:2,29, y añade: “Pablo dice que tal matrimonio era cosa inédita entre los gentiles, es decir, aun los paganos lo consideraban como algo aborrecible”.   Sin embargo, Rienecker considera que dado a que la ley romana (como la judía) prohibía tales matrimonios, estas dos personas no estaban legalmente casadas, sino que simplemente convivían.

La iglesia en Corinto, lejos de sentirse preocupada por esto, estaba envanecida (v.2), quizá por considerarse una iglesia muy tolerante y llena de amor; que nunca juzga a otros, sino que perdona y entiende la debilidad de los hermanos. El verbo en griego es ‘fusioo’, que significa “inflar”, “hinchar”. 

El orgullo era uno de los pecados que prevalecía en Corinto, y Pablo hace referencia a ello en repetidas ocasiones (ver 1 Cor 4:6, 18-19; 8:1; etc.).  Por lo tanto, Pablo no solo tiene que tratar con el pecado del incesto, sino que también tiene que ‘desinflar’ el orgullo de la iglesia.
EL TRATO APOSTÓLICO (v.3-13)

¿Cómo trata Pablo este problema pastoral?   Veamos a continuación varios detalles acerca de su respuesta ante este pecado grave en Corinto.


1. Pablo Juzga el Caso (v.3)

Aunque Pablo estaba lejos de la iglesia, físicamente, él pasa juicio sobre el miembro de la iglesia que estaba viviendo en pecado (parece que la mujer no asistía a la iglesia).  El verbo en el original es ‘krino’, que significa ‘juzgar’ o ‘pasar juicio’.  El verbo es un perfecto, que indica el resultado permanente de una decisión tomada.


2. Pablo Ordena la Expulsión del Pecador (v.4-5)

El juicio da lugar a un dictamen, que es que el hombre debe ser expulsado de la iglesia.  El ser expulsado de la iglesia implicaba ser “entregado a Satanás” (v.5).

La consecuencia de esta acción es “para destrucción de la carne”.  La palabra en griego es ‘olethron’.  La destrucción del cuerpo es lo peor que Satanás puede hacer con el creyente, y aun esto está bajo el control soberano de Cristo.  Pablo no habla de una muerte súbita (como en el caso de Hch 5:1-10), sino de un lento proceso de decaimiento físico.  Durante este proceso, el pecador recibe todo el tiempo que necesita para meditar y arrepentirse

El propósito es algo positivo: “a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor”.  Lo que Pablo espera es que como resultado de sus sufrimientos físicos y espirituales, el pecador se arrepienta, y deje su vida pecaminosa.

NOTA: Esta excomunicación se efectúa en la presencia de toda la congregación, y se hace en el
nombre (es decir, en el lugar de, o con la autoridad de, Cristo) – v.4.


3. Pablo Advierte del Peligro del Pecado (v.6-7)

Pablo estaba preocupado, no sólo por el pecado del hombre, sino por la actitud de jactancia de la iglesia, de tolerar y amar al pecador.  Por ende, Pablo advierte a la iglesia que hay un peligro en ser demasiado tolerantes con el pecado, y es el peligro del contagio.   Para explicar esto, Pablo usa la analogía de la levadura (v.6).  Por lo tanto, Pablo exhorta a la iglesia a la necesidad de eliminar el pecado de en medio de ellos, para que éste no se prolifere entre los demás creyentes.

NOTA: En el Antiguo Testamento la levadura se usa como metáfora o símbolo del pecado. 
Antes de celebrar la Fiesta de la Pascua, los judíos tenían que quitar de sus casas toda
levadura, para celebrar la fiesta de panes sin levadura (ver Ex 12:15).   En el Nuevo
Testamento, Cristo es el cumplimiento del cordero de la Pascua, y la levadura que hay
que quitar es el pecado.

4. Pablo Exhorta a una Vida de Santidad (v.8)

La “fiesta” a la cual pablo refiere no es una fiesta específica (como la Fiesta de la Pascua, o la Santa Cena), sino que significa “un espacio de tiempo consagrado a Dios”  Pablo está exhortando a la iglesia a vivir una vida completamente consagrada a Dios, libre del contagio del pecado.


5. Pablo Aclara el Asunto del Contacto con Pecadores (v.9-13)

El v.9 refiere a una carta anterior a esta.  En esa carta Pablo les había advertido a no juntarse con “fornicarios”.  Ahora él aclara su exhortación (porque evidentemente fue malentendido por algunos en Corinto), afirmando que estaba hablando de personas en la iglesia que vivían en pecado sexual (v.11), y no de los inconversos (v.10).

El hecho que Pablo tenga que hacer tal aclaración indica que había dos extremos en la iglesia.  Aunque la mayoría de hermanos eran demasiado tolerantes en cuanto al pecado, una minoría iba al otro extremo, y negaban tener contacto alguno con cualquier pecador en la sociedad.

El creyente no debe juzgar a los de afuera (v.12), pero sí debe tratar con mucha seriedad a creyente
perverso (v.13).   David prior observa que la última frase del v.13 viene del libro de Deuteronomio (ver Deut 13:5; 17:7; 19:19; 22:21, 24; 24:7).

Pero, ¿por qué hay que ser tan drásticos con creyentes que viven en pecado?   Hodge contesta: “El hombre que dice ser cristiano profesa renunciar a todos estos pecados; si no obra en armonía con su profesión, no ha de ser reconocido como cristiano”


Conclusión

La Iglesia es un conjunto de pecadores perdonados por la gracia de Dios.  Los miembros no son perfectos, pero tampoco deben tolerar livianamente el pecado en medio de ellos.  Deben procurar ser un pueblo santo, y deben animarse mutuamente a vivir en santidad.  Cuando uno no lo hace, es el deber de los demás ayudarle a hacerlo.  La disciplina en la iglesia no debe ser para castigar, sino para animar a vivir una vida de mayor santidad.



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