jueves, 10 de febrero de 2011

LAS DIVISIONES CAPITULO CUATRO

1 CORINTIOS 4:1-5


Introducción

Al fin del capítulo 3, Pablo instó a los corintios o no gloriarse de los hombres (1 Cor 3:21), porque eso estaba produciendo divisiones en la iglesia, a la par que los creyentes en Corinto mostraban preferencia por un siervo u otro.  “Esto es insensato”, dice Pablo, “por la sencilla razón que “todo es vuestro” (1 Cor 3:22) – no tienen que elegir entre los siervos”.

En vez de gloriarse de los siervos de Dios (Pedro, Apolos o Pablo), lo que deben hacer es considerar que son simplemente siervos.  Este es el tema de la siguiente sección, en el argumento de Pablo, en su intento de subsanar las divisiones en la iglesia.


VIII. LA EVALUACIÓN DE LOS MINISTROS


1. La Naturaleza de los Siervos de Dios (v.1)

a. Los Siervos de Dios son “servidores de Cristo
b. Los Siervos de Dios son “administradores de los misterios de Dios

2. La Obligación de los Siervos de Dios (v.2)
El requisito principal de todo siervo, y en especial del ‘administrador’ (‘oikonomos’), es la fidelidad (v.2).  Fiel a Cristo, y fiel al encargo encomendado por Dios.  Esto era algo que preocupaba mucho a Pablo, porque el bienestar de la Iglesia dependía de una fiel administración del evangelio que Dios había revelado, a través de los profetas y apóstoles (ver Efesios 2:20). 

Es por esto, que cerca al fin de su vida, Pablo exhorta a Timoteo a buscar personas fieles, a quienes él podría encargar el evangelio (2 Tim 2:2; comparar 1 Tim 1:12).

Pablo se regocijaba en la fidelidad de Dios (1 Cor 1:9; 10:13; 1 Tes 5:24; 2 Tes 3:3; 2 Tim 2:13).   Pero a la vez se daba cuenta de su responsabilidad de ser fiel también a Dios.

NOTA: Todo líder, debe ser fiel al evangelio (no cambiarlo), fiel a la Palabra de Dios (no
             adulterarla), y fiel a Cristo (no ‘sirviendo’ a otras personas o intereses; especialmente
             no ‘sirviéndose’ a sí mismo del ministerio).


3. La Evaluación de los Siervos de Dios (v.3-5)

El problema en Corinto no era simplemente que los creyentes estaban pensando en una manera equivocada de los líderes espirituales, sino que los estaban evaluando mal.  Para corregir esto, Pablo describe la evaluación de los siervos de Dios.   Hace referencia a TRES maneras en que un líder podría ser evaluado:


a. Se Podría Evaluar a Sí Mismo (v.3-4)

b. Podría Ser Evaluado por Otros (v.3, 5)
c. Será Evaluado por Dios (v.4b-5)

El único juicio que vale, es el que Dios emite.  El Señor es el único que puede ver los secretos de los corazones; las cosas que el siervo de Dios guarda detrás de su fachada de ‘espiritualidad’.

Esta consideración debe llevar a todo líder espiritual a ponderar su forma de trabajar y servir al Señor.  Todas las cosas secretas serán reveladas un día, para bien o para mal.


Conclusión

Así que, no juzguéis nada antes de tiempo…” (v.5a)

1 CORINTIOS 4:6-16


Introducción

Habiendo descrito la manera en que los creyentes debían considerar a los líderes espirituales, como Pablo, Apolos y Pedro, el apóstol ahora procede a describir su propio ministerio, ofreciéndose como ejemplo a los creyentes en Corinto.


IX. EL MODELO DE PABLO

Al llegar a esta parte de su argumento, en el cual está procurando sanar las divisiones en la Iglesia, Pablo no solo se presenta a sí mismo (concientemente) como modelo para los creyentes en Corinto (v.16), sino que también se presenta (inconcientemente) como modelo de pastor.  Veamos estas dos cosas en los siguientes puntos:


1. El Interés de Pablo (v.6)

En este verso Pablo aclara cuál era su interés, al escribir los versos anteriores (v.1-5).  En realidad tenía TRES:


  1. Amor por los creyentes (“por amor de vosotros”).

  1. Un deseo de que no piensen de Pablo en forma indebida (“para que en nosotros aprendáis a no pensar más de lo que está escrito”).  Por eso se presentó (a sí mismo, y a Apolos), como simplemente “servidores de Cristo” (v.1); como personas expuestas al juicio de Dios (v.3-4).

  1. Cuidarles del orgullo (“no sea que por causa de uno, os envanezcáis unos contra otros”).


2. La Exhortación de Pablo (v.7-8)

3. La Honestidad de Pablo (v.9-13)

Si los creyentes en Corinto se sentían tan ‘ricos’ espiritualmente, Pablo se presenta como un ‘desventurado’.   Usa una serie de descripciones bastante negativas de sí mismo, y de su experiencia en el ministerio.

i.                    Dios ha colocado a los apóstoles “como postreros” (v.9a).
ii.                  Son personas “sentenciadas a muerte” (v.9b).
iii.                Son puestos como “espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres” (v.9c).
iv.                Aparentan ser “insensatos” (v.10a).
v.                  Aparentan ser “débiles” (v.10b).
vi.                Aparentan ser “despreciados” (v.10c).
vii.              Sufren tremendas necesidades materiales (v.11).
viii.            Sufren tremendas dificultades en la vida (v.12)
ix.                Son menospreciados por todos (v.13).


¿Por qué se describe a sí mismo, y a todos los apóstoles, en esta manera?   Para que esto sirva como contraste saludable al excesivo ‘triunfalismo espiritual’ que reinaba en Corinto, y que estaba contribuyendo a las divisiones en la Iglesia.


4. La Motivación de Pablo (v.14-16)  
Pablo aclara que, aunque escribe con vehemencia, y usa lenguaje fuerte e irónico, no lo hace para hacerles sentir mal – “para avergonzaros”.  Más bien, les escribe “como a hijos míos amados”, con el afán de amonestarles en el Señor (v.14).

Ellos son sus verdaderos hijos espirituales (v.15).  El problema es que se han colocado bajo “diez mil ayos”; es decir, gente que estaba queriendo colocarse sobre ellos como maestros, y hacer de ellos sus siervos, maltratándoles espiritualmente.

Finalmente, como conclusión, Pablo anima a los creyentes en Corinto a dejar a un lado todas estas personas que estaban queriendo usurpar su fe, y a seguirle a él como modelo de creyente espiritual.

1 CORINTIOS 4:17-21


Introducción

Luego de una extensa argumentación, Pablo ahora concluye el asunto de divisiones en la Iglesia, con una advertencia final.  En estos versos aprendemos algo más acerca de cómo resolver problemas en la Iglesia.


1. Tratar el Asunto en Forma Inmediata (v.17)
2. Confrontar los ‘Cabecillas (v.18)
3. Ejercer Autoridad Espiritual (v.19-20)
4. Exigir una Respuesta de los Hermanos (v.21)

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario