jueves, 17 de febrero de 2011

EL PROBLEMA DE LOS LITIGIOS ENTRE HERMANOS CAPITULO SEIS


TEXTO  1 Corintios 6:1-11

Introducción

Lo ideal en una familia es que todos vivan unidos, apoyándose mutuamente.  Lamentablemente, a veces se presentan pleitos entre hermanos (por negocios, por gastos, por herencias, por el cuidado de los padres, etc.).   En la Iglesia es igual.  Una congregación debe ser como una familia, con todos apoyándose mutuamente.  Lamentablemente, muchas veces se presentan serios problemas entre hermanos – a veces por asuntos de la vida fuera de la iglesia (negocios, préstamos, trabajos, etc.).  La pregunta es qué hacer en esas situaciones.

En este pasaje, Pablo trata el problema de pleitos entre hermanos.


EL PROBLEMA PASTORAL

Pablo inicia este capítulo haciendo una serie de preguntas que señalan un problema serio en la iglesia en Corinto.  ¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro, ir a juicio delante de los injustos, y no delante de los santos?  Pablo estaba sorprendido que se atrevía a hacer tal cosa.  Pablo ve en esta acción una serie de problemas pastorales:

i.             Algunos creyentes estaban agraviando a otros creyentes (v.1a, 8).
ii.          No estaban dispuestos a sufrir el agravio o ser defraudados (v.7b).
iii.       No presentaban el problema ante los líderes en la iglesia (v.1c).
iv.        Llevaban sus pleitos ante los incrédulos (v.1b).
v.           Causaban un mal testimonio ante el ‘mundo’ (v.6)

LA SOLUCIÓN AL PROBLEMA


Pablo, en sus escritos, expone el derecho que las autoridades tienen para juzgar y castigar (ver Romanos 13); durante su ministerio, él también a veces apeló a las autoridades civiles (Hch 25:10-11; 28:19).  Sin embargo, nunca lo hizo para atacar a creyentes, o defenderse de enemigos dentro de la iglesia.

¿Cómo se deben tratar problemas entre hermanos en una congregación?
1. Pleitos Entre Hermanos Deben Ser Solucionado por los Líderes (v.1-5)
2. Los Creyentes no Deben Pelear Entre Sí (v.7-8)



3. Los Creyentes Deben Vivir Vidas Transformadas (v.9-11)

Detrás de los pleitos, entonces, estaba un problema mucho más serio – el problema de injusticia (v.8).  Esto lleva a Pablo a hacerles recordar un punto fundamental: “los injustos no heredarán el reino de Dios” (v.9). 

Para resaltar la gravedad de este asunto, Pablo procede a dar una lista de personas que cometen ‘injusticia’ (v.9-10).  Esto indica la amplitud del concepto de justicia/injusticia en la mente de Pablo.

Pablo reconoce que algunos de los hermanos en Corinto antes cometían tales pecados; sin embargo, les hace recordar del gran cambio que Cristo efectuó en ellos (v.11).  Este cambio incluye:

-      habían sido lavados de sus pecados y de sus malas conciencias.
-      habían sido santificados.
-      habían sido justificados.

A la luz de estas tremendas cosas que Dios había hecho por ellos, en la Persona de Cristo, y por obra del Espíritu Santo, los creyentes en Corinto ya no debían cometer tales ‘injusticias’, afectando negativamente a sus hermanos en la iglesia (v.11). 

(CAMBIO DE TEMA)

EL PROBLEMA DE LA INMORALIDAD SEXUAL




TEXTO  1 Corintios 6:12-20

Introducción

Cada creyente enfrenta sus propias luchas espirituales – tienen que ver con su carácter y crianza, etc.   De igual modo, cada congregación tiene sus propias luchas espirituales – tienen que ver con la gente que asiste, su contexto personal, cultural, etc.

Una iglesia compuesta de judíos, lucharía con temas como la ley, las ceremonias, etc.
Una iglesia compuesta de gentiles, lucharía con los temas que hallamos en 1 Corintios (incesto, litigios, idolatría, etc.).  En este pasaje, leemos de un problema de inmoralidad sexual.

Veamos en primer lugar, el problema en sí; y luego, la manera en que Pablo trata este asunto.


1. EL PROBLEMA PASTORAL

Corinto era un puerto.  Abundaba la inmoralidad sexual.   También había a lo menos un templo, cuyo culto estaba relacionado con prostitutas sagradas.  Por ende, la prostitución era algo tan común y corriente en esa sociedad.

Los creyentes fueron convertidos de ese contexto, pero para algunos el uso de prostitutas seguía siendo una tentación.  Al parecer, no solo algunos creyentes estaban frecuentando a prostitutas (v.15-16), sino que lo estaban justificando, diciendo: “Todas las cosas me son lícitas” (v.12).


¿Cómo trata Pablo este asunto?

2. EL TRATO PASTORAL




a. Establece Ciertos Principios Generales

No todas las cosas “convienen” (v.12a)
El creyente no se debe dejar dominar por ciertas cosas (v.12b).
El creyente debe vivir para el Señor (v.13).   

Estos principios deben regir la vida del creyente.


b. Establece Ciertos Principios Específicos
  • El cuerpo del creyente es ‘miembro’ del cuerpo de Cristo (v.15).  


  •         Al unirse sexualmente con una prostituta, el creyente está negando su unidad espiritual con el Señor (v.16-17).  
c. Da Ciertas Exhortaciones

Huid de la fornicación” (v.18).   
glorificad…a Dios…” – no solo con el cuerpo, sino también con el espíritu (v.20).  


Conclusión



Aunque Pablo escribe hace casi 2,000 años, sus enseñanzas son tan pertinentes y urgentes para la Iglesia del siglo 21.
 





jueves, 10 de febrero de 2011

PROBLEMAS MORALES CAPITULO CINCO

1 CORINTIOS 5:1-13



Introducción

Habiendo terminado el asunto de las divisiones, Pablo pasa a tratar otros tres problemas que se estaban dando en la iglesia, y que los hermanos estaban pasando por alto:

i.                 Un caso grave de inmoralidad sexual (1 Cor 5).
ii.             El problema de litigios entre los hermanos (1 Cor 6:1-11).
iii.         El problema de la fornicación (1 Cor 6:12-20).

En este estudio, trataremos el asunto de la inmoralidad sexual que los hermanos estaban tolerando en la iglesia.


EL PROBLEMA PASTORAL (v.1-2)

Pablo estaba preocupado porque había escuchado rumores de pecado en el seno de la iglesia (“...se oye que hay entre vosotros...”).    El pecado era “fornicación”.  La palabra en griego es ‘porneia, que significa “una relación sexual ilícita”.   La ciudad de Corinto era un puerto, y en esa ciudad abundaba la inmoralidad sexual.  Sin embargo, el pecado sexual que se hallaba en la iglesia era algo serio, porque Pablo lo describe como “tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles” (v.1).  Era el pecado de incesto; es decir, “alguno tiene la mujer de su padre” (v.1).

El verbo ‘tener’ está en tiempo presente, que implica una posesión continua; en otras palabras, la pareja estaba conviviendo sexualmente – no era solo un pecado que se cometía de vez en cuando.  Según Hodge, la expresión, ‘la mujer de su padre’, “es una paráfrasis bíblica de madrastra (ver Levítico 18:8).  Él también observa que en el Nuevo Testamento la frase, ‘tener una mujer’ significa ‘casarse con’ (ver Mat 14:4; 22:28; 1 Cor 7:2,29, y añade: “Pablo dice que tal matrimonio era cosa inédita entre los gentiles, es decir, aun los paganos lo consideraban como algo aborrecible”.   Sin embargo, Rienecker considera que dado a que la ley romana (como la judía) prohibía tales matrimonios, estas dos personas no estaban legalmente casadas, sino que simplemente convivían.

La iglesia en Corinto, lejos de sentirse preocupada por esto, estaba envanecida (v.2), quizá por considerarse una iglesia muy tolerante y llena de amor; que nunca juzga a otros, sino que perdona y entiende la debilidad de los hermanos. El verbo en griego es ‘fusioo’, que significa “inflar”, “hinchar”. 

El orgullo era uno de los pecados que prevalecía en Corinto, y Pablo hace referencia a ello en repetidas ocasiones (ver 1 Cor 4:6, 18-19; 8:1; etc.).  Por lo tanto, Pablo no solo tiene que tratar con el pecado del incesto, sino que también tiene que ‘desinflar’ el orgullo de la iglesia.
EL TRATO APOSTÓLICO (v.3-13)

¿Cómo trata Pablo este problema pastoral?   Veamos a continuación varios detalles acerca de su respuesta ante este pecado grave en Corinto.


1. Pablo Juzga el Caso (v.3)

Aunque Pablo estaba lejos de la iglesia, físicamente, él pasa juicio sobre el miembro de la iglesia que estaba viviendo en pecado (parece que la mujer no asistía a la iglesia).  El verbo en el original es ‘krino’, que significa ‘juzgar’ o ‘pasar juicio’.  El verbo es un perfecto, que indica el resultado permanente de una decisión tomada.


2. Pablo Ordena la Expulsión del Pecador (v.4-5)

El juicio da lugar a un dictamen, que es que el hombre debe ser expulsado de la iglesia.  El ser expulsado de la iglesia implicaba ser “entregado a Satanás” (v.5).

La consecuencia de esta acción es “para destrucción de la carne”.  La palabra en griego es ‘olethron’.  La destrucción del cuerpo es lo peor que Satanás puede hacer con el creyente, y aun esto está bajo el control soberano de Cristo.  Pablo no habla de una muerte súbita (como en el caso de Hch 5:1-10), sino de un lento proceso de decaimiento físico.  Durante este proceso, el pecador recibe todo el tiempo que necesita para meditar y arrepentirse

El propósito es algo positivo: “a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor”.  Lo que Pablo espera es que como resultado de sus sufrimientos físicos y espirituales, el pecador se arrepienta, y deje su vida pecaminosa.

NOTA: Esta excomunicación se efectúa en la presencia de toda la congregación, y se hace en el
nombre (es decir, en el lugar de, o con la autoridad de, Cristo) – v.4.


3. Pablo Advierte del Peligro del Pecado (v.6-7)

Pablo estaba preocupado, no sólo por el pecado del hombre, sino por la actitud de jactancia de la iglesia, de tolerar y amar al pecador.  Por ende, Pablo advierte a la iglesia que hay un peligro en ser demasiado tolerantes con el pecado, y es el peligro del contagio.   Para explicar esto, Pablo usa la analogía de la levadura (v.6).  Por lo tanto, Pablo exhorta a la iglesia a la necesidad de eliminar el pecado de en medio de ellos, para que éste no se prolifere entre los demás creyentes.

NOTA: En el Antiguo Testamento la levadura se usa como metáfora o símbolo del pecado. 
Antes de celebrar la Fiesta de la Pascua, los judíos tenían que quitar de sus casas toda
levadura, para celebrar la fiesta de panes sin levadura (ver Ex 12:15).   En el Nuevo
Testamento, Cristo es el cumplimiento del cordero de la Pascua, y la levadura que hay
que quitar es el pecado.

4. Pablo Exhorta a una Vida de Santidad (v.8)

La “fiesta” a la cual pablo refiere no es una fiesta específica (como la Fiesta de la Pascua, o la Santa Cena), sino que significa “un espacio de tiempo consagrado a Dios”  Pablo está exhortando a la iglesia a vivir una vida completamente consagrada a Dios, libre del contagio del pecado.


5. Pablo Aclara el Asunto del Contacto con Pecadores (v.9-13)

El v.9 refiere a una carta anterior a esta.  En esa carta Pablo les había advertido a no juntarse con “fornicarios”.  Ahora él aclara su exhortación (porque evidentemente fue malentendido por algunos en Corinto), afirmando que estaba hablando de personas en la iglesia que vivían en pecado sexual (v.11), y no de los inconversos (v.10).

El hecho que Pablo tenga que hacer tal aclaración indica que había dos extremos en la iglesia.  Aunque la mayoría de hermanos eran demasiado tolerantes en cuanto al pecado, una minoría iba al otro extremo, y negaban tener contacto alguno con cualquier pecador en la sociedad.

El creyente no debe juzgar a los de afuera (v.12), pero sí debe tratar con mucha seriedad a creyente
perverso (v.13).   David prior observa que la última frase del v.13 viene del libro de Deuteronomio (ver Deut 13:5; 17:7; 19:19; 22:21, 24; 24:7).

Pero, ¿por qué hay que ser tan drásticos con creyentes que viven en pecado?   Hodge contesta: “El hombre que dice ser cristiano profesa renunciar a todos estos pecados; si no obra en armonía con su profesión, no ha de ser reconocido como cristiano”


Conclusión

La Iglesia es un conjunto de pecadores perdonados por la gracia de Dios.  Los miembros no son perfectos, pero tampoco deben tolerar livianamente el pecado en medio de ellos.  Deben procurar ser un pueblo santo, y deben animarse mutuamente a vivir en santidad.  Cuando uno no lo hace, es el deber de los demás ayudarle a hacerlo.  La disciplina en la iglesia no debe ser para castigar, sino para animar a vivir una vida de mayor santidad.



LAS DIVISIONES CAPITULO CUATRO

1 CORINTIOS 4:1-5


Introducción

Al fin del capítulo 3, Pablo instó a los corintios o no gloriarse de los hombres (1 Cor 3:21), porque eso estaba produciendo divisiones en la iglesia, a la par que los creyentes en Corinto mostraban preferencia por un siervo u otro.  “Esto es insensato”, dice Pablo, “por la sencilla razón que “todo es vuestro” (1 Cor 3:22) – no tienen que elegir entre los siervos”.

En vez de gloriarse de los siervos de Dios (Pedro, Apolos o Pablo), lo que deben hacer es considerar que son simplemente siervos.  Este es el tema de la siguiente sección, en el argumento de Pablo, en su intento de subsanar las divisiones en la iglesia.


VIII. LA EVALUACIÓN DE LOS MINISTROS


1. La Naturaleza de los Siervos de Dios (v.1)

a. Los Siervos de Dios son “servidores de Cristo
b. Los Siervos de Dios son “administradores de los misterios de Dios

2. La Obligación de los Siervos de Dios (v.2)
El requisito principal de todo siervo, y en especial del ‘administrador’ (‘oikonomos’), es la fidelidad (v.2).  Fiel a Cristo, y fiel al encargo encomendado por Dios.  Esto era algo que preocupaba mucho a Pablo, porque el bienestar de la Iglesia dependía de una fiel administración del evangelio que Dios había revelado, a través de los profetas y apóstoles (ver Efesios 2:20). 

Es por esto, que cerca al fin de su vida, Pablo exhorta a Timoteo a buscar personas fieles, a quienes él podría encargar el evangelio (2 Tim 2:2; comparar 1 Tim 1:12).

Pablo se regocijaba en la fidelidad de Dios (1 Cor 1:9; 10:13; 1 Tes 5:24; 2 Tes 3:3; 2 Tim 2:13).   Pero a la vez se daba cuenta de su responsabilidad de ser fiel también a Dios.

NOTA: Todo líder, debe ser fiel al evangelio (no cambiarlo), fiel a la Palabra de Dios (no
             adulterarla), y fiel a Cristo (no ‘sirviendo’ a otras personas o intereses; especialmente
             no ‘sirviéndose’ a sí mismo del ministerio).


3. La Evaluación de los Siervos de Dios (v.3-5)

El problema en Corinto no era simplemente que los creyentes estaban pensando en una manera equivocada de los líderes espirituales, sino que los estaban evaluando mal.  Para corregir esto, Pablo describe la evaluación de los siervos de Dios.   Hace referencia a TRES maneras en que un líder podría ser evaluado:


a. Se Podría Evaluar a Sí Mismo (v.3-4)

b. Podría Ser Evaluado por Otros (v.3, 5)
c. Será Evaluado por Dios (v.4b-5)

El único juicio que vale, es el que Dios emite.  El Señor es el único que puede ver los secretos de los corazones; las cosas que el siervo de Dios guarda detrás de su fachada de ‘espiritualidad’.

Esta consideración debe llevar a todo líder espiritual a ponderar su forma de trabajar y servir al Señor.  Todas las cosas secretas serán reveladas un día, para bien o para mal.


Conclusión

Así que, no juzguéis nada antes de tiempo…” (v.5a)

1 CORINTIOS 4:6-16


Introducción

Habiendo descrito la manera en que los creyentes debían considerar a los líderes espirituales, como Pablo, Apolos y Pedro, el apóstol ahora procede a describir su propio ministerio, ofreciéndose como ejemplo a los creyentes en Corinto.


IX. EL MODELO DE PABLO

Al llegar a esta parte de su argumento, en el cual está procurando sanar las divisiones en la Iglesia, Pablo no solo se presenta a sí mismo (concientemente) como modelo para los creyentes en Corinto (v.16), sino que también se presenta (inconcientemente) como modelo de pastor.  Veamos estas dos cosas en los siguientes puntos:


1. El Interés de Pablo (v.6)

En este verso Pablo aclara cuál era su interés, al escribir los versos anteriores (v.1-5).  En realidad tenía TRES:


  1. Amor por los creyentes (“por amor de vosotros”).

  1. Un deseo de que no piensen de Pablo en forma indebida (“para que en nosotros aprendáis a no pensar más de lo que está escrito”).  Por eso se presentó (a sí mismo, y a Apolos), como simplemente “servidores de Cristo” (v.1); como personas expuestas al juicio de Dios (v.3-4).

  1. Cuidarles del orgullo (“no sea que por causa de uno, os envanezcáis unos contra otros”).


2. La Exhortación de Pablo (v.7-8)

3. La Honestidad de Pablo (v.9-13)

Si los creyentes en Corinto se sentían tan ‘ricos’ espiritualmente, Pablo se presenta como un ‘desventurado’.   Usa una serie de descripciones bastante negativas de sí mismo, y de su experiencia en el ministerio.

i.                    Dios ha colocado a los apóstoles “como postreros” (v.9a).
ii.                  Son personas “sentenciadas a muerte” (v.9b).
iii.                Son puestos como “espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres” (v.9c).
iv.                Aparentan ser “insensatos” (v.10a).
v.                  Aparentan ser “débiles” (v.10b).
vi.                Aparentan ser “despreciados” (v.10c).
vii.              Sufren tremendas necesidades materiales (v.11).
viii.            Sufren tremendas dificultades en la vida (v.12)
ix.                Son menospreciados por todos (v.13).


¿Por qué se describe a sí mismo, y a todos los apóstoles, en esta manera?   Para que esto sirva como contraste saludable al excesivo ‘triunfalismo espiritual’ que reinaba en Corinto, y que estaba contribuyendo a las divisiones en la Iglesia.


4. La Motivación de Pablo (v.14-16)  
Pablo aclara que, aunque escribe con vehemencia, y usa lenguaje fuerte e irónico, no lo hace para hacerles sentir mal – “para avergonzaros”.  Más bien, les escribe “como a hijos míos amados”, con el afán de amonestarles en el Señor (v.14).

Ellos son sus verdaderos hijos espirituales (v.15).  El problema es que se han colocado bajo “diez mil ayos”; es decir, gente que estaba queriendo colocarse sobre ellos como maestros, y hacer de ellos sus siervos, maltratándoles espiritualmente.

Finalmente, como conclusión, Pablo anima a los creyentes en Corinto a dejar a un lado todas estas personas que estaban queriendo usurpar su fe, y a seguirle a él como modelo de creyente espiritual.

1 CORINTIOS 4:17-21


Introducción

Luego de una extensa argumentación, Pablo ahora concluye el asunto de divisiones en la Iglesia, con una advertencia final.  En estos versos aprendemos algo más acerca de cómo resolver problemas en la Iglesia.


1. Tratar el Asunto en Forma Inmediata (v.17)
2. Confrontar los ‘Cabecillas (v.18)
3. Ejercer Autoridad Espiritual (v.19-20)
4. Exigir una Respuesta de los Hermanos (v.21)

 

LAS DIVISIONES CAPITULO TRES

1 CORINTIOS 3:5 - 15


Introducción

Habiendo presentado un análisis de la condición humana, en 1 Cor 2:14 – 3:4, Pablo ahora pasa a una sexta sección en este discurso acerca de las divisiones en la Iglesia.  Vuelve a tratar el tema del ministerio cristiano, pero esta vez enfocando sobre ciertas distinciones humanas que se hacían en el ministerio, y la forma correcta de evaluar la obra de los siervos de Dios.


VI. EL MINISTERIO CRISTIANO

Habiendo establecido que detrás de las divisiones en la iglesia, estaba la ‘carnalidad’ de los hermanos (v.4), Pablo ahora procede a explicar en qué consiste el ministerio cristiano, y cómo deben evaluar a las personas que trabajan en ello.  Usa el ejemplo de Apolos y de sí mismo, para ayudarles a reflexionar.


1. La Naturaleza del Ministerio Cristiano (v.5, 8-9)
a. Los Ministros son “servidores” (v.5)
b. Los Ministros son “colaboradores” (v.9a)
c. Los Ministros están bajo las Órdenes del Señor (v.5b)
CONCLUIÓN: No hay lugar para jactancia, ni en los mismos ministros, ni en sus seguidores


2. El Éxito en el Ministerio Cristiano (v.6-7)
Si los ministros no son importantes, entonces ¿de donde viene el éxito en la obra?  Pablo es muy claro – viene única y exclusivamente de Dios.  Por eso Pablo enfatiza en los dos versos: “el crecimiento lo ha dado DiosDios, que da el crecimiento”.

La palabra en griego se usa del crecimiento de plantas (Mat 6:28); algo que evidentemente Dios da, no los hombres.  También del crecimiento de los seres humanos (Lucas 1:80), que de igual modo está bajo el control de Dios.  Pero Pablo usa la palabra aquí del crecimiento del evangelio, en el corazón de las personas (comparar Hch 6:7; 12:24; 19:20).  ¡Eso también es obra de Dios, no de los hombres!


Al seguir unos a Pablo, y otros a Apolos, lo que los creyentes estaban haciendo era dar a entender que uno era mejor en la obra que el otro; es decir, que tenía mejores resultados.  “Eso”, dice Pablo, “es un error fundamental”.   No es el hombre que da el crecimiento, sino Dios.


Este es un mensaje que la Iglesia contemporánea urgentemente necesita recuperar, para no hacer ‘ídolos’ de ciertos predicadores


3. La Responsabilidad en el Ministerio Cristiano (v.10-15)

Pablo usa tres metáforas para hablar del ministerio cristiano:

a.   La iglesia es una casa, donde la tarea de los ministros es servir las mesas (v.5).
b.  La iglesia es una chacra, donde la tarea de los ministros es plantar y regar (v.6-9a).

Podemos notar que en ambos casos, tanto la ‘comida’ que se sirve, como la ‘semilla’ que se planta, son dadas por Dios; no vienen de los ministros.

     c.    La iglesia es un templo, donde la tarea de los ministros es construir el edificio (v.9b-15).

En este caso, solo Dios puede dar el fundamento (v.11); el fundamento es el mensaje de ‘Cristo crucificado’.  La primera tarea de los ministros es colocar este fundamento.
Ésta, sí, es la responsabilidad de los ministros, y ellos deben tener cuidado como hacen esta labor (v.10b).  En esta tarea, los ministros tienen que hacer una elección bastante sencilla - ¿qué material van a usar?

Hay dos posibilidades: material ‘noble’ o material ‘rústico’ (v.12).  Uno cuesta más que el otro, y por ende, la obra avanza con lentitud.  ¿Cómo escoger?

La advertencia que Pablo da es la siguiente – un día, la calidad de la obra se va a probar (v.13).  Si se ha usado material ‘rústico’ – por flojera espiritual en el ministro (falta de oración, falta de santidad, etc.), o por querer hacer que la iglesia crezca rápidamente (exigiendo poco de los nuevos creyentes, enseñando poco la Biblia, proveyendo bastante entretenimiento, etc), entonces en el día del juicio va a haber una gran sorpresa – v.15.

Por ende, la recomendación de Pablo es clara (aunque implícita): “Trabaja con material ‘noble’.  No te preocupes tanto por la cantidad de obra que se hace, sino por la calidad de ella”. 

Con el fin de animar a los creyentes a zanjar sus diferencias, y a volver a la unidad espiritual en la Iglesia, Pablo presenta una serie de afirmaciones, advertencias y exhortaciones.


1. Afirmaciones (v.16)


a. Los Creyentes son “el templo de Dios” (v.16a)
Cuando una persona se convierte al Señor, Dios viene a morar en su corazón, haciendo de él o de ella, un ‘templo’.  Esto es lo que Pablo afirma en 1 Cor 6:19.  ¡Cada creyente es un ‘templo’!  Sin embargo, aquí enseña que el conjunto de creyentes en una localidad – la iglesia local (es decir, la congregación) es “el templo de Dios”.

En el idioma griego existen dos palabras que significan ‘templo’ – ‘hieron’ y naos’.  La primera palabra (‘hieron’) significa ‘templo’, en el sentido amplio de la palabra; es decir, ‘todo el conjunto de edificios y patios que conforman el templo’ (Mat 4:5; 21:12; Hch 3:1).  La segunda palabra (‘naos’) significa ‘templo’, pero en el sentido más limitado, del ‘santuario’; es decir, el lugar donde radica Dios – el Lugar Santísimo (Mat 23:35; Hch 7:48; Apo 11:1-2).  ¡Esta es la palabra que Pablo usa aquí!
b. El Espíritu Santo Mora en Ellos (v.16b)
Es cierto que cada creyente, individualmente, es ‘templo’ del Espíritu Santo (1 Cor 6:19).  Pero en este verso Pablo enfatiza que cada congregación de verdaderos creyentes tiene la morada[1] del Espíritu Santo.  Por ser la morada del Espíritu Santo, los creyentes deben tratar a la congregación con sumo cuidado, y no estar generando divisiones y tensiones en ella.

 [1] El verbo, “mora”, es ‘oikeo’, que significa ‘residir como un una casa’.  Implica una residencia permanente.  Un ‘templo’, no un ‘tabernáculo’
Estas dos tremendas afirmaciones preparan el camino para las advertencias que Pablo procede a dar a los miembros de la iglesia en Corinto:


2. Advertencias (v.17-20)

.

a. “El ‘Templo’ no Debe ser Dañado” (v.17a)
Conclusión

Los hermanos en Corinto, por su ‘carnalidad’, estaban evaluando mal a los siervos de Dios, y por ende se estaban peleando entre ellos, y parcializándose tras uno u otro ministro espiritual.  Pablo enseña que todos los ministros están al mismo nivel ante los ojos de Dios, y que lo importante no es tanto la cantidad de obra que se hace, sino la calidad de ello.